Empresas y software libre


La principal característica del software libre, o al menos la más conocida es precisamente su carácter gratuito. Aunque su origen no fuera ahorrarse un dinero, sino permitir el acceso al código fuente de aplicaciones, drivers y otros softwares, con la finalidad de mejorar su funcionamiento y compatibilidad.

Más gente se fue involucrando en el desarrollo y utilización de software libre, siendo clave el momento en que Linus Torvalds presentó su núcleo para nuevo sistema operativo, con el código totalmente abierto. Fue el nacimiento de Linux, un sistema operativo que todos conocemos hoy en día.

La “comunidad de código abierto” siguió creciendo paulatinamente y alrededor de ese núcleo fueron apareciendo infinidad de nuevas aplicaciones, con la idea de dar réplica a todas las aplicaciones comerciales que ya estaban presentes en el mercado. Dando lugar no sólo a un completo sistema operativa, sino a un conjunto de herramientas para hacer prácticamente de todo.

Recordamos que el principio del software libre es poder “ejecutar, copiar, leer, distribuir, modificar y distribuir modificado” y no ofrecer el software de manera gratuita (de hecho no tiene porqué ser así, eso sería freeware), aunque comúnmente suele ir asociado.

Esta característica es lo que ha motivado a un gran número de empresas a atreverse a probar software “no comercial”. Superada la reticencia inicial que suele ser del tipo “si opto por una herramienta gratuita, no tendré ningún tipo de soporte”, lo normal es descubrir software de gran calidad avalado por una gran comunidad de usuarios y desarrolladores. De hecho, al poder revisar y modificar el código, los usuarios no tienen porque conformarse con los bugs (errores) que contenga el software, sino que pueden informar de ellos con la seguridad de que en las próximas actualizaciones ese problema estará solucionado, o al menos lo habrán tenido en cuenta.

La apuesta por el software libre es cada vez mayor en todos los sectores, y ello ayuda a que su crecimiento sea aún más rápido, con la ventaja además de que por lo general la gente que lo usa es partidaria de ayudar a la gente que tiene dudas a través de foros u otras redes.

De esta manera, a nivel de empresa disponemos de:

  • Sistema Operativo: por supuesto Linux en cualquiera de sus numerosas distribuciones, personalmente recomendamos Ubuntu y Mint. Además de Linux, hay otros sistemas operativos de código abierto y distribución gratuita como Haiku OS, ReactOS, AROS,...
  • Productividad: LibreOffice y OpenOffice pueden suplir la práctica totalidad de nuestras necesidades en materia de suites ofimáticas, pudiendo no sólo trabajar con su formato propio formato (OpenDocument), sino además abrir, editar y guardar en formato Office (de Microsoft), pasar a PDF, etc.
  • Correo: Mozilla Thunderbird o Evolution suelen venir integrados en las distribuciones de Linux.
  • Diseño gráfico: la herramienta llamada GIMP (GNU Image Manipulation Program) va cobrando cada vez más fuerza como alternativa gratuita a Adobe Photoshop, pudiendo usar capas y filtros como en este último.
  • CAD: puede que no sea tan potente como AutoCAD, pero FreeCad está a nuestra disposición sin tener que realizar un gran desembolso inicial.
  • Reproductor Multimedia: os aseguro que no echaremos de menos los conocidos iTunes o Windows Media si usamos VLC, Amarok, Rythmbox o Banshee.
  • Diseño Web: tanto de pago como gratuitas, hay muchísimas opciones, como Bluefish, NVU o KompoZer.
  • Grabación: no sólo de Nero Burning Rom vive el hombre, con k3B, Brasero o GnomeBaker podremos hacer los mismos trabajos.
  • Virtualización: aunque la estrella es VMWare, otras herramientas como VirtualBox son capaces de gestionar máquinas virtuales con la misma facilidad.

Y por supuesto un largo etcétera en las distintas categorías. Sin olvidarnos de los entornos móviles, donde además de los sistemas propietarios (WindowsPhone, iOS, Blackberry,...), encontramos también alternativas open source como Android, Symbian, BaDa y recientemente OpenWebDevice.


Las soluciones open source están listas para nuestro entorno laboral, la pregunta correcta es entonces ¿están nuestras empresas preparadas para un entorno de código abierto? Los ahorros de costes serían considerables (sin tener que recurrir a la piratería que es lo que muchas empresas hacen actualmente) y la adaptación de las distintas herramientas a nuestras necesidades sería mucho mayor y más económica que con las aplicaciones de código cerrado.

Como habréis podido notar, este es un tema que me encanta y sobre el que podría seguir hablando durante horas, pero como en algún momento hay que poner punto. Lo dejo por hoy y quien tenga más interés, que aproveche para preguntar :-)

Saludos y hasta pronto!

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