Marcar la diferencia
Llevamos
más de 4 años de crisis y seguimos sin ver una fecha concreta de
salida. En lo que sí coinciden los expertos es en dos cosas:
Pensemos,
¿por qué triunfó el primer iPhone? Apple presentó un terminal con
menos funcionalidades que la mayoría de sus competidores: no podías
enviar un SMS a varias personas, ni había MMS, no tenía radio, la
cámara no tenía flash, el bluetooth estaba capado, no reconocía
muchos formatos de archivo, no admitía páginas web con contenido
Flash®,… Para más INRI, el que lo quisiera tenía que someterse a
unas condiciones leoninas impuestas por (Apple a) Movistar, y aún
así supuso una auténtica revolución. Un antes y un después en el
mundo de los smartphones porque, en contra de lo que muchos creen, ya
había teléfonos inteligentes antes de que llegara el iPhone.
- que la crisis va a hacer una criba a favor de la competitividad y productividad de las empresas (la que no sea competitiva no tendrá más remedio que salir del mercado).
- que la especialización será un factor diferenciador clave.
¿Qué
quieren decir estas afirmaciones? Básicamente que cuando busquemos
un producto o servicio, vamos a elegir a quien mejor lo pueda hacer a
un precio competitivo, pues hoy en día para casi cualquier compra
podemos contar con una amplia variedad de opciones, y no siempre la
más barata será la más interesante. Aunque por supuesto el precio
sí tendrá un peso importante.

La
respuesta, es sencilla, iPhone siguió la principal premisa de Apple:
ser
diferente. Un
cargador diferente, su entorno con pantalla táctil capacitiva muy
distinta de las resistivas que habíamos visto hasta entonces, su
precio, el hecho de poder conseguirlo únicamente a través de
Movistar… quien lo tuviera era un privilegiado.
Volvamos
al presente. Tengo una empresa y quiero hacer una página web para mi
negocio. Busco ofertas ¿debo escoger la más económica? Piénsalo,
es posible que otras opciones sean más costosas, pero tal vez nos
aporten ese valor diferenciador que atraiga a los potenciales
clientes hacia nosotros en vez de hacia la competencia y entonces,
¿qué opción habrá sido más rentable?
Estamos
acostumbrados a pensar en términos absolutos en vez de en ratios o
términos relativos, y no olvidemos que TODO es relativo, seguimos
defendiendo que en España trabajamos más horas que en Francia o
Alemania, pero ¿son horas productivas?
No
nos sirve de nada tener a nuestros trabajadores 10 horas en la
oficina y penalizar a quien termine antes, si resulta que están
leyendo el periódico para hacer pasar el tiempo. Ahora hablamos de
productividad
y en España tenemos un serio problema con ella.
Hay
más pasos que nos ayudarán a superar esta etapa de crisis, pero lo
mejor es empezar por el principio: ¿Qué me diferencia de mis
competidores? Ése es mi valor diferenciador, y ¿qué puedo hacer
para obtener un mayor beneficio? Optimizar mis recursos, incrementar
mi productividad.
Saludos.
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